Medidores de Polen

· En España existen 50 aparatos destinados a recoger los niveles de polen que hay en la atmósfera
·La información permite a los especialistas elegir el tratamiento adecuado y a los pacientes saber qué medidas tienen que adoptar

50 personas en casi toda España hacen cada semana la misma labor.Suben a los tejados donde se encuentran , entre los 15 y los 25 metro de altura , los 50 aparatos que,según la Red Española de Aeroniología (REA) hay repartidos por todo el país para analizar los niveles polínicos.

Gracias a su trabajo y a la información que se obtiene posteriormente en el laboratorio, donde un equipo determina con microscopios ópticos las concentraciones de todos los tipos polínicos del ambiente , los alergólogos y los enfermos pueden saber con antelación cómo serán para ellos , en lo que a la alergia se refiere, los próximos siete dias.

Estos recuentos de pólenes " son imprescindibles para Identificar cuáles son las especies que producen polinosis en cada ciudad o área geográfica", explica el Doctor Javier Subiza, coordinador del Comité de Aerobiología e Inmunología Clínica (SEAIC).


"Las muestras de polen recogidas de cada captador se analizan en los centros de la respectivas ciudades y a nosotros nos envían los informes elaborados", explican desde el centro cordobés de la REA."Recibimos los datos de todos los centros del país los martes por la tarde y los miércoles actualizamos la información del banco policlínico nacional"

De esta forma, el centro coordinador, donde trabajan unas seis personas, todas biólogas y farmacéuticas, realiza una previsión policlínica para siete dias . Los datos sobre las previsiones de polen se difunden a los colectivos interesados y también llegan a la Red Europea de Aeroalergenos (EAN), que desde su sede en Viena (Austria) recopila información de casi 400 estaciones de polen de toda Europa.

Entre los 28 países europeos que forman parte de la EAN, España ocupa el tercer puesto en cuanto a número de estaciones medidoras de polen, con un total de 50. Solo Italia, con 81 captadores y Alemania, con 76, la superan.
El fracaso que no cesa

La realidad es desoladora: dos de los tres objetivos del Madrid para la presente temporada se han frustrado contra el Alcorcón y el Olympique de Lyon, en ambos casos en octavos de final. Ese dato es más concluyente que las estadísticas de las que presume Pellegrini ("somos el mejor Madrid en quince años") para demostrarnos que el juego es bueno. Lo es a veces. Y en ocasiones es malo, como ayer, sin que el entrenador parezca tener control sobre lo bueno y lo malo. Para no ser apocalíptico evitaré decir que se le acaba el tiempo; sólo señalaré que se le acaban los torneos.

Lo sé. Las culpas son colectivas y conviene ser justo en el reparto de responsabilidades. Sin embargo, es imposible obviar que anoche, al margen de la pelea sobre el campo, se planteó una batalla estratégica que declaró vencedor al entrenador francés. Sucedió tras el descanso, cuando Puel modificó el sistema, pasando del 4-3-3 al 4-4-2. Esa corrección, acompañada de dos cambios y un ajuste (Toulalan pasó de centrocampista a central), tuvo el efecto de voltear el partido. Desde ese instante, estimulado por su superioridad en el mediocampo, dominó el Lyon y se acabó el Madrid. Pellegrini no encontró respuesta.

Es verdad que la primera parte fue enteramente del Madrid y es cierto que el equipo cumplió con el protocolo de los anfitriones feroces: Kaká dispuso de una ocasión a los 18 segundos y Cristiano marcó a los cinco minutos. Luego, antes de cumplirse la media hora, Higuaín desperdició la oportunidad más lamentada en estos instantes de contricción: pase de Granero en profundidad, control de Higuaín, regate al portero y, liberado de obstáculos, cuando toca marcar, poste.

Quien quiera consolarse podrá lamer ese hueso y soñar con lo que hubiera sucedido de haberse puesto el partido 2-0. Pero cuando no se convierte lo que se intenta una vez sólo cabe intentarlo más veces, cinco, diez, cien. Y no sumamos tanto. Si acaso una mano de Lloris a disparo de Higuaín y un penalti al mismo protagonista que bien pudo ser, pero que no fue.

Después, ya digo, cambió el mundo. Ese Lyon que creímos timorato domó al león sin que advirtiéramos ni el látigo ni la silla. Y los avisos se sucedieron antes del gol asesino: Gonalons, Govou, Lisandro... Pjanic. Fantasmas de perfil bajo, ogros de sobremesa, lección de humildad. Suficiente contra un grupo sin coreografía.

Soledad. Aceptarán que la impotencia es mayor si en tus filas está Cristiano. Un Cristiano pletórico, además, en plena forma, absolutamente involucrado e interesado, capaz de marcar por puro empeño, así fue el primer gol. Pero ni el mejor jugador compone un equipo.

Según pasaban los minutos y crecían las dificultades, Cristiano quedó atrapado entre defensas y jugadores propios, con ideas, pero sin espacios. Nadie le ayudó. Volvió a fracasar Kaká, Granero se quedó corto y Guti sin aire. Pero tanto como a ellos se echó en falta un entrenador y un plan, A o B.

El desastre es insondable. No es sólo perder: es ser peor. Es la sensación de vivir engañado, es morir de autocomplacencia. Otra vez, otro año.

El crack

Puel

En el descanso cambió el dibujo de su equipo y consiguió los frutos deseados. Supo reaccionar.

¡Vaya día!

Higuaín

En la primera parte tuvo dos ocasiones muy claras, una de ellas al palo. Perdonó demasiado.

El dandy

Toulalan

Lo bordó en la primera parte en el centro del campo y en la segunda se mostró seguro como central.

El duro

Delgado

Fue amonestado por una dura entrada a Albiol y se le vio por momentos demasiado acelerado en defensa.

Inglaterra vs Egipto.

El amistoso de ayer en Wembley permitió a Capello llegar a varias conclusiones indispensables a 99 días del Mundial. ¿Está Terry para ser titular? Quizá no, cometió fallos en la posesión y alguno de posición, pero otros centrales no están a su nivel, ni siquiera Upson, que perdió la marca de Zidan en el primer tanto del partido. Sin Ashley Cole lesionado ni Bridge, ¿a quién colocar de lateral izquierdo? Baines, del Everton, es buen defensor pero no ataca como los otros dos. ¿Es Green lo mejor que tiene Inglaterra entre los tres palos? Pues sí, pero nadie espera que haga milagros. Capello quería examinar a la afición: ¿estaría contenta con la decisión de retirar la capitanía a Terry? Se esperaban silbidos al ex capitán y llegaron cuando se anunció su titularidad y las primeras veces que tocó el balón. Le debió doler el castigo, pero su falta de arrepentimiento le está costando cara.

¿Y el estilo? Ahora que conoce a la selección, Capello combina los extremos rápidos y dos delanteros con velocidad (Defoe y Rooney). Los tres goles ingleses llegaron cuando entró Crouch. Hasta el momento del empate, se había jugado de portería a portería, se había rifado la posesión y se hacía todo a toda velocidad, con lo que el partido podía haber caído hacia cualquier lado. Tras el 1-1, Inglaterra mereció la victoria.

España es de otro mundo.

Saint Denis es un estadio talismán para nuestro fútbol. Allí ganaron la Champions el Madrid (la pena fue que al Valencia) y el Barça. Y anoche acabó con el gafe de 42 años que llevaba la Roja sin ganar a Francia a domicilio. Y lo hizo entre olés. Los franceses saben de fútbol y pronto comprendieron que no había partido. Que jugaban artistas contra no se sabe qué. Los bleus son un grupo indefinible que mezcla gente de vuelta (Henry) con témpanos (Anelka), tíos irritados (Ribéry), promesas que no explotan (Gourcuff), un doble pivote inútil cual cenicero en motocicleta (Lass y Toulalan) y algún que otro jugador interesante (Sagna, Evra) que es abducido por el no juego del equipo.

Era amistoso, pero la paciencia al respetable se le acabó mediada la segunda parte cuando aplaudieron el cambio de Iniesta, pitaron el de Henry, pidieron la dimisión de Doménech y acabaron juntándose con la extasiada afición española y acompañando sus olés. En París. Que si un día bien valió una misa, ayer valió esta juerga. Y la confirmación de que nuestra selección es 'demasié': la mejor del mundo.

El asunto empezó frío. Más de una vez le costó a la Roja imponer su juego y es natural: el rival está entero, acumula gente por detrás de la pelota y las fuerzas le dan para tapar agujeros. Villa encontró uno, pero controló mal y la bola acabó en Lloris. El segundo agujero descubierto fue gol: Iniesta (que no fue el de siempre, por cierto) lanzó en profundidad a Silva que dejó pasar la pelota para que llegara al Guaje: control, ahí te quedas Escudé y 0-1. Un golazo.

Si pudo haber pelea en el marcador ese tanto la aniquiló. Para ganar a España lo primero es evitar que te marque y lo segundo marcar tú: imposible para Francia. Y acabando el primer tiempo Ramos recibió del inconmensurable Xabi Alonso, recortó y su disparo se coló tras desviarlo fatalmente Escudé para los suyos: no fue la noche del central sevillista. Alonso jugó más arriba de lo habitual, el volante tapón fue Busquets: cosas de Vicente.

El 0-2 convirtió la segunda parte en el partidillo de los jueves en miércoles. España había llegado hasta ahí tocando y tocando, pero a medio gas. Era tanta su superioridad, y tantísimos los compromisos que esperan a los jugadores, que decidió dejarse ir, controlar todos los resortes del juego, pero hacerlo al tran-tran. Fue lo único que nos disgustó: no había nada en juego, pero el fútbol exige intensidad y no conviene ir de sobrado. Uno se acostumbra y acaba llevándose un disgusto. Iker, por cierto, atrapó a Raúl en su partido 102 en una de las noches más tranquilas de su (normalmente antes) agitada vida.

Ahora o nunca.

La zaga española, impecables Piqué, Puyol, Albiol y todos, sólo pasó por un momento crítico cuando Malouda cabeceó al poste un servicio de Cissé. Doménech movió el banquillo y algo mejoró su equipo. España... ¡España puso uno tras otro a Albiol, Xavi, Torres, Navas, Senna y Güiza! No hay selección en el mundo que pueda hacer cambios así. Sí, París se rindió entre olés y todos, franceses y españoles, llegamos a la misma conclusión: campeones del mundo ahora... o nunca.

Cristiano y Simao se lucen ante la voluntariosa China.

Portugal comenzó su andadura hacia el Mundial de Suráfrica imponiéndose sin problemas a una endeble selección de China, que demostró ayer que el fútbol en el país asiático todavía tiene mucho que evolucionar para alcanzar un nivel competitivo. Cristiano Ronaldo (al igual que Simao, Duda y Tiago) sólo disputó la primera parte y apenas tuvo que despeinarse para volver loca a la zaga china.

Situado en su posición natural de extremo izquierdo, el madridista fue el encargado de iniciar todas las acometidas ofensivas de Portugal. Unas veces asistiendo a sus compañeros y otras actuando como finalizador. Su entendimiento con Simao fue total y juntos generaron las ocasiones más claras en los primeros cuarenta y cinco minutos. Sólo la falta de fortuna en el remate posibilitó que Portugal tuviera que esperar hasta el 36' para abrir el marcador: Cristiano se fue por velocidad del lateral derecho, Cao Yang, y asistió para que Hugo Almeida marcara solo ante el meta Zhang Lu. A partir de ese momento, el partido se convirtió para Portugal en un entrenamiento con público.

Queiroz sorprendió colocando a Simao en el centro del campo junto a su compañero Tiago y al jugador del Oporto Raúl Meireles y el experimento dio buen resultado. No en vano, el rojiblanco fue uno de los destacados.

Crash Bandicoot

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